viernes, 15 de enero de 2016

¿A que apostar?

No se trata de apostar a blanco o negro, no, no estamos en un casino.

Estamos comenzando en una actividad económica con un elevado componente artístico, sometido a constantes cambios de tendencias y dominado por verdaderos gigantes, que realmente dificultan el inicio a los que acabamos de llegar, y a los que tienen cierta historia les hacen complicado la subsistencia.

La incertidumbre viene dada no tanto por la configuración del objetivo final, que es el de alcanzar un valor de marca,  y si en el camino a seguir para su consecución, de tal forma que el tiempo invertido sea lo suficientemente corto para que financieramente se sufra lo menos posible, pero con el suficiente para que el trono alcanzado no sea algo efímero.

Es cierto que el consumidor en general es muestra reacio a comprar productos de marcas desconocidas, por diversos motivos, como son el pensar que la calidad es inferior y sobre todo porque normalmente, como es el caso de la moda, el ser humano se siente más importante ante los demás vistiendo ropas de marca, aunque en muchísimos casos sea de inferior calidad que otras de marcas desconocidas, pero ojo, digo en muchos casos no en todos, al existir también muchas marcas que tienen unos niveles altísimos de calidad.

Cuando decides el nombre de tu marca, se suele cometer un fallo, dado que como suele ser de cosecha propia ya piensas que es la mejor, como los hijos y el vino, pero eso es lo de menos, luego están tus diseños que también piensas que son el no va más, y luego, también se comete el "error", esta vez entre "", porque como piensas que tanto tu marca, así como tus diseños, son los mejores, tienes que utilizar las mejores telas y fornituras, y luego cuando sales al mercado, te encuentras que eres un gran desconocido y que, aunque tu marca y diseños, que suele pasar son la releche, y que encima has invertido un dineral en calidad de tejidos, pero no tienes el éxito que esperabas.

Y ahí aparece el dilema, le doy menos calidad para abaratar costes, modifico los diseños endureciéndolos o ablandándoles. En nuestro caso, el dilema ya no existe, seguiremos apostando por nuestra percepción de la moda que traduciremos en diseños singulares, seguiremos con tejidos de excelente calidad y los confección seguirá saliendo de nuestro taller, donde contamos con una plantel humano a la altura del mejor.

A lo largo de la historia ha habido firmas que han apostado por diseño y mala calidad con precios de venta muy competitivos y otras que la alta calidad era innegociable, pero que han conseguido la meta perseguida, que era la consecución de valor de marca.




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